La cultura de la dieta es muy buena para crear reglas. Una de esas reglas dicta cuándo es aceptable comer ciertos alimentos. Por ejemplo, "deberíamos" desayunar avena, fruta, yogurt o cereales, o "no deberíamos" cenar pasta. Bueno, yo solía pensar así...
El desayuno típico en Barcelona, mi ciudad natal, es un café con leche con una pasta, como un croissant o una magdalena, o ''pa amb tomàquet'', media baguette untado tomate rallada, ajo y un chorrito de aceite de oliva.
Como no me gusta el tomate, mi desayuno preferido de toda la vida era una magdalena con un café solo. Para mí, no se trataba sólo de una magdalena y una taza de café, sino de quitar el envoltorio de la magdalena, mojarla en el café y recoger las migas con las yamas de los dedos, lo que hacía que desayunar fuera una experiencia, no solo deliciosa, si no también placentera.
Pero, por desgracia, cuando nos dejamos llevar por la cultura de las dieta y empezamos a establecer nuestras propias normas alimentarias, nos centramos obsesivamente en las calorías y el contenido de azúcar o grasa. Lo sé porque, hace unos años, cuando estaba obsesionada con comer súper sano, fui a Barcelona a visitar a mi familia y el primer día mi madre me preparó el desayuno. Lo habéis adivinado. Café solo con una magdalena. Recuerdo que le dije a mi madre que "deberíamos" desayunar más sano, que una magdalena para desayunar no era "bueno".
A tu cuerpo no le importa si lo alimentas con una magdalena para desayunar o con una tortilla para cenar. Mientras encuentres el equilibrio adecuado para tu cuerpo y el placer en cada experiencia alimentaria, ¡es lo único que importa!
Así que desafía las normas alimentarias de la cultura de la dieta preparando estas magdalenas de granola y miel. También te animo a hacer los siguientes ejercicios reflexivos para cultivar más curiosidad y compasión.
CURIOSIDAD: La próxima vez que estés en un café o restaurante, presta atención a lo que otras personas están desayunando. ¿Qué historias te creas en la cabeza sobre ellos? ¿Juzgas su salud o su personalidad?
COMPASIÓN: Dite a ti misma: "Estos pensamientos no son ciertos, son mis propias reglas alimentarias. Seré compasivo conmigo mismo, ya que estoy aprendiendo a reconocer estos mensajes negativos y a cambiar mis creencias".
Magdalenas (para desayunar o no) De Granola y Miel
INGREDIENTES - Receta para 10 magdalenas
⅓ taza (65 gr) de mantequilla
1 ¾ tazas (175 gr) de almendra molida
¼ taza (30 gr) de harina de tapioca o de arrurruz
¼ cucharadita de sal
3 huevos grandes, a temperatura ambiente
½ taza de sirope de arce o miel
2 cucharaditas de extracto de vainilla
1 cucharadita de zumo de limón
½ cucharadita de bicarbonato de sodio
3 tazas de granola de tu elección
1 ½ taza de miel
PASOS
Precalentar el horno a 160°C / 325°F. Engrasar ligeramente un molde de silicona para magdalenas de 6 agujeros.
En un cazo pequeño, derretir la mantequilla, verterla en un bol y dejarla enfriar ligeramente. En un bol grande, combinar la harina de almendra, la tapioca y la sal.
Separar los huevos, poniendo las claras en el bol de una batidora. Poner las yemas en el bol con la mantequilla derretida, añadir el sirope de arce, el extracto de vainilla y el zumo de limón y batir para combinar. Añadir la mezcla de yemas al bol con las harinas y batir hasta obtener una masa suave y sin grumos.
Con una batidora de mano, batir las claras de huevo a punto de nieve. Incorporar el bicarbonato a la masa y luego, con una espátula, batir un tercio de las claras batidas para aligerar la masa. Incorporar suavemente el resto de las claras.
Verter 2 cucharadas de masa en cada hueco y hornear durante unos 35 minutos o hasta que al pinchar con una varilla en el centro de una magdalena ésta salga limpia.
Mientras se hornean las magdalenas, en un bol combinar la granola y la miel hasta que la mezcla esté muy pegajosa. Reservar.
Dejar reposar unos 5 minutos, sacar las magdalenas del molde y colocarlas en una rejilla para que se enfríen.
Con un cuchillo, untar un poco de miel sobre la parte superior de una magdalena e inmediatamente después, cubrir con la mezcla de granola hasta cubrir toda la parte superior de la magdalena. Utiliza más miel si es necesario. Repite esta operación para cada magdalena. ¡Que las disfrutes!
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