La Semana Santa esta a la vuelta de la esquina, y como en cualquier otra celebración, es normal comer más de lo que estamos acostumbrados porque rompemos nuestra rutina diaria y porque, normalmente, estas celebraciones vienen acompañadas con tradicionales dulces y postres. Y como no, la Semana Santa nos trae las torrijas, los buñuelos de viento, panquemados, las monas de Pascua, y los pestiños de miel, ¡por nombrar solo algunos!
Para algunas personas, sin embargo, la sola idea de sentarse en la mesa durante una reunion familiar rodeada de estos dulces pueden resultar muy estresante y abrumador.
Hay formas de eliminar el estrés alrededor de la comida en vacaciones y una de las mejores formas es dejar de lado las restricciones, la perfección y el deseo de perder peso, que es realmente los principales motivos de la alimentación disfuncional.
5 consejos para para practicar la alimentación consciente durante la Semana Santa:
1. Permítete comer lo que realmente desees.
En el momento en que etiquetamos algún alimento como “malo” y decimos que no podemos comerlo, lo estamos convirtiendo en nuestra “fruta prohibida” e, inevitablemente, lo desearemos aún más. Decir que no a tus caprichos favoritos, como puede ser el chocolate, te lleva a una sensación de privación y restricción que a menudo te puede llevar a comerlo en exceso. Así que permítete comer lo que quieras y disfruta de tus caprichos.
2. No te saltes ninguna comida.
Es fácil caer en la tentación de saltarse alguna comida, como puede ser el desayuno, para así compensar el dulce que comerás mas tarde. Este tipo de comportamiento es muy normal en personas que se obsesionan por el numero de calorías ingeridas, sin embargo, es una práctica poco recomendada ya que, lo único que conseguirás es que tengas un exceso de hambre y comas demasiados dulces sin control.
3. Deja de lado la culpa y el juicio en torno a la comida.
Normalmente, la vergüenza viene cuando comemos en exceso, y empezamos a juzgarnos a nosotros mismos. Entonces, no podemos evitar decirnos cosas como: “No puede creer que me comí la caja entera de bombones” “¡Comí como un 🐷!” “Me voy a poner como una foca”.
El juicio y la culpa nos hacen sentir mal y avergonzados, y no hay nada vergonzoso en comer chocolate. ¡Al fin y al cabo, es el dulce placer de la vida! Para evitar estos sentimientos de culpa, intenta comer con plena conciencia y atención. Si estás comiendo un huevo de Pascua o una torrija, elimina las distracciones y come con todos tus sentidos. Más abajo explico cómo.
4. Aprende a decir “no”
Este consejo puede parecer que se contradice al primero pero, en realidad, es aprender a poner límites. Seguro que más de una vez has comido algo que realmente no te apetecía por el simple hecho de dejar de escuchar a alguien decir: ¿no te vas a comer el que queda?, ¡Venga, cómetelo! Me pasé horas en la cocina preparándolos. Aprender a decir no ante este tipo de presión social es, sin dudad, un acto de confianza en uno mismo.
5. Disfruta de las celebraciones.
Por último, intenta no poner el foco únicamente a la comida. Aprovecha estos días de vacaciones para descansar, conectar con tus amigos y familiares, y disfrutar. Quizá puedas ayudar a tu madre a hacer sus deliciosas torrijas, o esconde huevos de chocolate en lugares más diversos y, haz que los pequeños de la familia los busquen y los vayan depositando en cestas de mimbre. Hay muchas maneras de disfrutar de la comida y de la compañía, no hagas que se trate sólo de la comida.
EJERCICIO PRÁCTICO DE MINDFUL EATING
La siguiente práctica te puede ayudar a tener plena consciencia mientras comes y así disfrutar de la experiencia con los cinco sentidos. Aconsejo hacer este ejercicio de alimentación consciente con un bombón de chocolate.
Coloca el bombón en tu mano. Imagina que lo ves con ojos nuevos, como si nunca hubieras visto uno. Siente su textura y su peso en tus manos. Observa el color y la textura del bombón. Explora la textura de su cobertura. Observa cómo la luz capta su superficie.
Lleva el bombón a tu nariz. Siente la sensación en el brazo al levantarla. Nota cualquier aroma al respirar y oler el bombón. Dedica algún tiempo a esto. Acerca el bombón a tu oído y hazlo girar con tus dedos. ¿Hace algún sonido? Baja el brazo.
Cierra los ojos mientras giras el bombón. Observa cualquier sensación. Intenta percibir su peso y densidad. ¿Cómo se siente si lo aprietas suavemente?
Al acercar el bombón a la boca, haz una pausa y fíjate en si estás salivando o en los pensamientos que experimentas. Toca el bombón con tu labio y nota las sensaciones.
Ahora muerde el bombón suavemente. Observa cómo tus papilas gustativas te dan información. Observa las sensaciones del sabor y de la comida. Deja que el bombón se derrita en tu boca y sigue notando. Quédate con la experiencia hasta que termines de tragar. Ahora haz lo mismo con la otra mitad del bombón. Quizá quieras chupar los dedos con los que has estado aguantando el bombón. ¿Cómo te sientes al hacerlo?
Cuando termines todo bombón, observa cualquier sabor posterior. Siéntate y contempla cómo te sientes ahora y lo que has aprendido.
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